| Visión de conjunto |
La política exterior de Trump continúa siendo noticia. El frente que más preocupa a los mercados es el abierto con China, ya que una guerra comercial a gran escala entre las dos principales potencias económicas del planeta afectaría de manera directa al crecimiento de ambos países y de manera indirecta al crecimiento de la economía mundial. La estrategia de Trump ha sido inflexible con todos sus socios comerciales, haciéndoles elegir entre renegociar un trato más favorable para Estados Unidos o aranceles a la importación de productos estratégicos. Poco han importado hasta ahora los efectos en los mercados, las represalias de los socios o las contramedidas adoptadas para frenar estas políticas. Lo cierto es que meses después de iniciar esta estrategia, la economía estadounidense ha seguido creciendo (a un ritmo incluso más elevado apoyada por la política fiscal promovida por el propio Trump) y que los socios comerciales sí han comenzado a sentir la presión de estas políticas. Así, Europa o los socios del NAFTA (México y Canadá) ya han accedido a renegociar las condiciones de los tratados de comercio con Estados Unidos, al ver amenazados sectores clave para sus economías. China, sin embargo, ha optado por mantener el pulso a Trump, y aunque por ahora las exportaciones chinas han podido redirigirse hacia otros mercados, no está claro que esto vaya a poder mantenerse en el futuro, más aún con la nueva ronda de aranceles que entrará en vigor el próximo día 23. Donde sí se están sintiendo de manera destacada los efectos es en los mercados financieros: caída de la bolsa china, depreciación del yuan y notable reducción de inversión extranjera. Todo ello está provocando grietas en el gobierno chino, ya que algunos de sus miembros empiezan a recomendar un cambio de política que normalice las relaciones comerciales con Estados Unidos como mal menor. Y es que aunque por ahora las consecuencias para la economía china no serían demasiado relevantes, si la tensión entre ambos países perdura por un largo período o se profundiza, el crecimiento de la segunda economía del planeta podría resentirse. Menos problemático es por el momento el conflicto con Rusia, país al que por un lado se investiga por el supuesto apoyo a Trump en la campaña electoral (el llamado “Rusiagate”) y por otro se le han impuesto nuevas sanciones económicas a raíz de la supuesta intervención rusa en el envenenamiento del ex agente ruso Skripal y su hija. Estas sanciones, que se pondrán en marcha el próximo 22 de agosto, han presionado a la baja a la bolsa rusa y especialmente al rublo, en línea con lo sucedido con sanciones anteriores. Irán es otro de los focos geopolíticos que preocupan a Trump, fundamentalmente por el supuesto progreso de los persas en tecnología nuclear, que amenazaría a los aliados de Estados Unidos en el Golfo Pérsico (Israel y Arabia Saudí). Ayer entraban en vigor de nuevo algunas de las sanciones retiradas en 2015 (el resto se aplicarán a partir de noviembre), y aunque estas sanciones carecen del respaldo de otros países, Trump ya ha anunciado medidas contra aquellos que comercien con Irán. Por último, no podemos olvidar tampoco la problemática con Turquía, en este caso por la encarcelación del pastor estadounidense Andrew Brunson como supuesto colaborador del clérigo turco Fetulá Gulen, sospechoso de orquestar el golpe de Estado contra Erdogan de 2016 y al que hasta ahora Estados Unidos se ha negado a extraditar a Turquía. La situación ha continuado deteriorándose con la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos y la negativa de Turquía a respetar las sanciones a Irán, si bien Erdogan está tratando de rebajar la tensión para no agravar la profunda crisis por la que atraviesa su país.
Al margen de la política exterior estadounidense, Di Maio ha suavizado su discurso de días pasados al solicitar (y no exigir) cierta flexibilidad por parte de la Unión Europea de cara a los presupuestos que está negociando su partido, el Movimiento 5 Estrellas, con la Liga. Ha insistido en que van a ser unos presupuestos muy beneficiosos para Italia, pero que para relanzar el crecimiento económico se requieren inversiones además de una mayor reducción de gastos, en la que también están trabajando.
En el apartado macroeconómico, lo más destacado fue el incremento de la inflación en China, que repuntó en julio un +2.1% interanual, superando en una décima el +2.0% que descontaba el mercado y acelerándose desde el +1.9% de junio.
| Mercados |
Jornada de márgenes estrechos y bajo volumen en los mercados de renta variable, que lograron sobreponerse a las incertidumbres geopolíticas con la excepción del la bolsa italiana, en la que impera la prudencia ante las negociaciones de los presupuestos. Atención al índice estadounidense S&P500, que cotiza a la publicación de este informe con leves alzas y se acerca a los máximos históricos alcanzados en enero de este año, situados en los 2.873 puntos. En la renta fija se registraron alzas moderadas y en los mercados de divisas el dólar continúa revalorizándose frente al resto de monedas.
| Agenda para mañana |
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