| Visión de conjunto |
La crisis turca se enquista. La esperanza de que la crisis turca tuviera una rápida solución con la liberación del pastor americano Andrew Brunson se ha desvanecido hoy al ser rechazada por un tribunal turco la apelación presentada por sus abogados. Erdogan está dispuesto a negociar pero no a claudicar, y aunque desde su propio gabinete se atreven a asegurar que el conflicto se resolverá, el líder otomano no quiere perder las pocas armas que tiene para negociar con Trump. Además de la baza del pastor estadounidense, en el plano económico Turquía también ha movido ficha elevando los aranceles a bebidas alcohólicas, automóviles y arroz importados desde Estados Unidos, si bien toda medida económica tomada contra los americanos tendrá un impacto muy limitado. Pero sin duda la principal carta de Erdogan es la posición geoestratégica de Turquía, clave para Occidente en lo que se refiere a la lucha contra el terrorismo islámico como a los problemas migratorios. Es en este último punto donde Erdogan busca apoyos (hoy se reunirá con Merkel y mañana con Macron) sabedor de que sus aliados europeos no verían con buenos ojos que la caída de Turquía desatara una crisis migratoria en un momento de creciente sentimiento anti inmigración en el Viejo Continente, ni por supuesto que se perdiera un aliado fundamental contra el terrorismo islámico en Oriente Medio. En el punto en el que estamos, la solución menos mala sería que Turquía liberara a Andrew Brunson y se comprometiera a seguir cumpliendo con sus aliados en las campañas de Oriente Medio, logrando a cambio el apoyo financiero del FMI, que Erdogan podría vender como necesario para recuperarse del ataque de los mercados y ocultar así la pésima situación económica en la que el país lleva inmerso desde hace años.
En el apartado macroeconómico, los datos conocidos en Estados Unidos volvieron a demostrar el buen tono de su economía. Así, las ventas minoristas se elevaron en julio un +0.5%, por encima del +0.2% esperado y superando también el +0.2% anterior (dato revisado a la baja desde el +0.4% previo). Sin tener en cuenta el sector transportes el avance fue del +0.6%. La producción industrial avanzó un tímido +0.1% en julio, en este caso por debajo del +0.3% esperado, si bien el dato de junio ha sido revisado al alza desde el +0.6% inicial al +1%. También conocimos el índice manufacturero de Nueva York, que subió tres puntos en agosto hasta 25.6 enteros frente a unas previsiones que auguraban una caída hasta 20.3 puntos. Por último, la productividad del segundo trimestre se incrementó un 2.9% en tasa trimestral anualizada, superando ampliamente el +2.5% esperado así como el +0.3% del primer trimestre.
| Mercados |
Las bolsas han registrado caídas importantes provocadas nuevamente por la incertidumbre en torno a Turquía. Mucho mejor comportamiento tuvo la deuda pública, especialmente la de mayor calidad crediticia, beneficiada por el aumento de la aversión al riesgo, y que por efecto base permitió a la renta fija corporativa cerrar en positivo. En el mercado de divisas el franco suizo y el yen fueron las más favorecidas en una sesión en la que el euro retomó la tendencia bajista. Por último, las materias primas cerraron con pérdidas generalizadas, destacando especialmente los descensos en el precio del crudo y del cobre.
| Agenda para mañana |
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