| Visión de conjunto |
Se consuma la crisis en la relación entre los mercados y la Reserva Federal. Tras una década de mutuo entendimiento, la relación entre los mercados y la Reserva Federal ha entrado en crisis: ambas partes mantienen en estos momentos visiones contrapuestas sobre las perspectivas de evolución de la economía estadounidense de cara a los próximos meses. La Fed, sin abandonar su por el momento inquebrantable optimismo, trató ayer de mostrarse algo más moderada y flexible, pero fue insuficiente para apaciguar a los mercados, que siguen viendo las subidas adicionales de tipos que anticipa la Fed como la adopción de un riesgo innecesario, que podría acabar concretándose en un error estratégico de política monetaria. La Reserva Federal sigue mostrándose confiada en que la economía estadounidense se mantendrá fuerte a lo largo de 2019. Y no dudamos de que la autoridad monetaria estadounidense tenga finalmente razón, porque de hecho, a día de hoy, no hay evidencia alguna que sugiera la entrada en recesión de la economía norteamericana en un futuro relativamente próximo. Sin embargo, no es menos cierto que en estos momentos no hay tensiones inflacionistas preocupantes y que la economía estadounidense tenderá a mostrar un crecimiento más moderado en próximos meses como consecuencia de la dilución del impacto expansivo de la reforma fiscal aprobada por Trump a finales de 2017. Sobre esta base, la Reserva Federal bien podría haberse mostrado ayer algo más comprensiva con los mercados. No lo hizo, al menos suficientemente, alimentando así su descontento e inquietud, que se traduce en pérdidas adicionales en los mercados.
Los datos macroeconómicos y empresariales que se irán publicando a lo largo de las próximas semanas y meses dirán quién de los dos tenía razón, y esos mismos datos volverán a reconciliar en un sentido u otro a las visiones de los mercados y de la Fed. Pero hablamos como mínimo de semanas. Hasta entonces, a menos que una de las partes dé su brazo a torcer, el conflicto seguirá abierto.
En estos momentos los principales índices bursátiles tratan de confirmar la perforación a la baja de los soportes de medio plazo, en una batalla entre compradores y vendedores que podría dilucidarse de manera definitiva en cuestión de horas o, como máximo, de días. Si dichos soportes son perforados definitivamente, esta crisis de entendimiento entre los mercados y la Fed entraría ya en proceso de divorcio, con el consiguiente riesgo de un daño de mayor calado, que nos obligaría a tomar medidas defensivas adicionales.
Una nueva advertencia por nuestra parte para la Fed: hay profecías que acaban por autocumplirse (self-fulfilling prophecies que dicen los anglosajones). Powell y los suyos de la Reserva Federal harían bien en no seguir minusvalorando la capacidad y poder de los mercados para hacer cumplir (contra el pronóstico de la Fed) sus propias previsiones: si los mercados acaban convenciéndose de forma masiva que la economía estadounidense entrará en recesión en 2019, los propios mercados, enrocados en esta convicción, podrían hacer que la economía norteamericana entre en recesión…
En el terreno macroeconómico, tanto el Banco de Inglaterra como el Banco de Japón mantuvieron sin cambios su política monetaria tal y como se esperaba. Además, la entidad nipona abrió la puerta a nuevos estímulos si la economía se debilitara. En Estados Unidos el índice de la Fed de Filadelfia decepcionó al mercado al caer en diciembre a 9.4 puntos desde los 12.9 anteriores, dato mucho peor que los 15.5 que se habían pronosticado.
| Mercados |
Los soportes de medio plazo del Euro Stoxx 50 y del S&P500 han sido perforados. Nos mantenemos a la espera de confirmación definitiva de ruptura en las próximas horas o, quizás, en los próximos días de cara a tomar medidas defensivas adicionales. El riesgo de nuevas caídas de magnitud relativamente importante desde estos niveles es en estos momentos elevado.
| Agenda para mañana |
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