Las diferencias entre los discursos del BCE y la Fed son cada vez más evidentes. En las actas de su última reunión, la autoridad monetaria europea reconoce que los riesgos económicos para la Eurozona han aumentado, y que la evolución de la inflación se mantiene lejos de la senda deseada. El BCE se prepara así para la puesta en marcha de un nuevo paquete de estímulo monetario, que previsiblemente será aprobado en su próxima reunión del 12 de septiembre. En cambio, la mayoría de los miembros de la Reserva Federal siguen percibiendo a la economía norteamericana como sólida, y no creen necesario ni conveniente poner en marcha un nuevo ciclo bajista para su tipo de interés de referencia. En este sentido, continúan valorando el recorte de tipos que acordaron el pasado mes de julio como un mero ajuste en torno a unos niveles que hoy por hoy siguen considerando adecuados. Este planteamiento de la Fed está en conflicto con los deseos y la presión que viene ejerciendo Trump en favor de bajadas rápidas y contundentes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, y en contra también de la política monetaria más relajada que desearían ver los mercados.

Con Trump presionando en favor de recortes contundentes de los tipos de interés, mañana habla Powell. El presidente de la Reserva Federal pronunciará su discurso en el marco de la reunión informal de banqueros centrales comenzará hoy en Jackson Hole. A priori, no parece que Powell vaya a introducir cambios relevantes en el que viene siendo el discurso oficial de la Fed, decepcionando así (nuevamente) a Trump y puede que también a los mercados.

Merkel considera todavía posible un Brexit con acuerdo antes de la fecha límite del 31 de octubre. Tras reunirse hoy con Boris Johnson, la canciller alemana cree que aún es posible encontrar alguna solución a la cuestión de la frontera norirlandesa, que permita al Reino Unido abandonar la Unión Europea de manera acordada. Menos flexible se ha mostrado el primer ministro francés, Macron, al señalar que ya no hay tiempo para renegociar el acuerdo sobre el Brexit. Tanto Merkel como Macron han coincidido en que la decisión final del Reino Unido debería concretarse en el plazo de un mes, semanas antes por tanto de la fecha límite para el Brexit, fijada para el próximo 31 de octubre.

En el terreno macroeconómico, el índice compuesto de gestores de compras de la Eurozona resultó en julio más fuerte de lo esperado por el consenso del mercado. En cambio, en Estados Unidos, quedó por debajo de lo previsto.

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