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Análisis del fin de semana
27 y 28 de febrero de 2021

No se puede tener todo…

Conclusiones del análisis del fin de semana:

    • La presión al alza que siguen registrando los tipos de interés inquieta cada vez más a los mercados.
    • Los índices bursátiles se encuentran muy próximos de nuevo a perder las primeras zonas relevantes de soporte.
    • La subida de los tipos de interés ha puesto un primer techo al encarecimiento de las materias primas.
    • La caída del oro: ¿Bull flag o final de su tendencia alcista de largo plazo?
    • Ante la pérdida de momentum y el aumento del riesgo en los mercados, volvimos esta semana a una posición marcadamente defensiva.

 

La presión al alza que siguen registrando los tipos de interés inquieta cada vez más a los mercados.

La presión alza que siguen registrando los tipos de interés de mercado, y la pasividad y aceptación con la que los bancos centrales vienen contemplando esta dinámica inquietan cada vez más a los mercados. Esta subida de los tipos de interés presiona y hace que las valoraciones actuales de la mayoría de los activos se vuelvan más incómodas.

Así, el tipo de interés del bono alemán a 10 años (referencia para el mercado de renta fija europeo), se encuentra ya próximo a los máximos locales de hace un año. Su cotización acumula ya una pérdida relevante en lo que llevamos de ejercicio, del -2.5% (la renta fija corporativa europea de alta calidad crediticia pierde cerca de un -1%). Por lo que respecta al bono estadounidense a 10 años (referencia para toda la renta fija mundial —también la europea—), acumula ya una pérdida del -3.7% en lo que llevamos de ejercicio, y sigue sumando puntos para hacer de este año el peor de su historia (la renta fija corporativa de alta calidad crediticia en dólares pierde ya en el año más  de un -4%, y la pérdida de la renta fija emergente se aproxima al -5%).

De esta forma, el mercado de renta fija a nivel global ha entrado ya en tendencia bajista de largo plazo.

Si este dinámica siguiera agudizándose en próximas semanas y meses, se convertiría en un serio peligro de descarrilamiento de la incipiente recuperación económica. Por ello, parece razonable pensar que, en algún momento, los bancos centrales intervendrán de forma específica en los mercados (siguen haciéndolo de manera regular dentro del marco de sus programas de compra de activos en curso) de cara a frenar o cuando menos modular el avance de este tensionamiento (de hecho sería más apropiado decir normalización) de los tipos de interés.

Los índices bursátiles se encuentran muy próximos de nuevo a perder las primeras zonas relevantes de soporte.

Tras las caídas sufridas esta semana (del -2.1% para el índice europeo EUROSTOXX50, y del -2.5% para el estadounidense S&P500), los índices bursátiles se encuentran próximos de nuevo a perder las primeras zonas relevantes de soporte. Si dichas zonas fueran perforadas finalmente a la baja, la tendencia de los mercados bursátiles cambiaría a bajista (siquiera a corto plazo), con una proyección de caída adicional hasta las siguientes zonas de apoyo de en torno al -5% para Europa y de alrededor del -7% para el mercado estadounidense (aunque podría encontrar un punto de giro intermedio a mitad de camino).

Por el momento, la tendencia continúa siendo alcista, pero en las últimas jornadas su momentum se ha debilitado de manera significativa. Al mismo tiempo, la volatilidad del mercado se ha incrementado de manera muy relevante (una subida de la volatilidad del 30% durante esta semana pasada).

Todo ello hace que los mercados afronten el inicio de esta próxima semana (comienzo también del mes de marzo) en una situación delicada y particularmente incierta.

La subida de los tipos de interés ha puesto un primer techo al encarecimiento de las materias primas.

El aumento de los tipos de interés de mercado ha frenado ya la subida de los precios de las materias primas. De hecho, la mayoría de ellas vieron ya durante la semana pasada cómo sus cotizaciones giraban a la baja.

Está claro que tampoco los mercados pueden tenerlo todo: no pueden tener recuperación económica y de los precios, sin inflación y sin la consiguiente normalización de los tipos de interés. La clave estará en cómo se van acompasando en el futuro estos movimientos de todas las variables macroeconómicas relevantes (también y particularmente por parte de los bancos centrales) para que el proceso sea lo más ordenado, favorable y sostenido posible.

La caída del oro: ¿Bull flag o final de su tendencia alcista de largo plazo?

La cotización del oro inició hace más de 20 años una tendencia alcista de largo plazo que lo llevó a cotizar desde 250 USD/oz. hacia el año 2000, a marcar un máximo en niveles de los 2075 USD/oz. en agosto del pasado año. Desde entonces, la cotización del oro viene desarrollando una dinámica bajista que, por el momento, parece ser coherente con lo que en el mercado financiero conocemos como una “bull flag” (una dinámica de consolidación bajista que, de confirmarse, sería la antesala de la continuación de la dinámica alcista de largo plazo). Por decirlo de una manera más sencilla, una bull flag sería una especie de digestión (bajista) de la tendencia alcista previa, antes de seguir subiendo. El fracaso del intento de perforación al alza de la parte superior de esta bull flag, que se produjo a comienzos de este año, ha dado continuidad hasta el momento a esta dinámica de bull flag.

En su configuración actual, la base de dicha bull flag debería ser respetada para mantener intactas las opciones de continuidad de la tendencia alcista de medio y largo plazo para la cotización del oro. En estos momentos, dicha base se encuentra en el entorno de los 1700 USD/oz. En esos niveles (prácticamente ya en estos realmente, porque el viernes cerró en 1734) debería entrar dinero en el oro de cara a mantener en vigor dicha bull flag. Si esa entrada neta de dinero en el oro no se produce, favoreciendo el consiguiente rebote de la cotización, es más, si dicha base de la bull flag fuera finalmente perforada a la baja con la suficiente claridad, la tendencia alcista de la cotización del oro de largo plazo quedaría en cuestión. Veremos por tanto qué sucede en próximos días, y quizás semanas, en torno a estos niveles críticos en el sentido comentado.

Ante la pérdida de momentum y el aumento del riesgo en los mercados, volvimos esta semana a una posición marcadamente defensiva.

Ante la pérdida de momentum y el aumento de la volatilidad registrada durante esta semana pasada en los mercados, volvimos por segunda vez en lo que llevamos de este año a posiciones marcadamente defensivas, a la espera de ver cómo resuelven los mercados la nueva prueba de los primeros soportes relevantes (como ya hicieran, entonces con éxito, a finales del pasado mes de enero).

Si este nuevo test de las zonas de apoyo se resuelve satisfactoriamente, volveremos a retomar posiciones rápidamente, como hiciéramos también a comienzos del mes de febrero.

 

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