¡Pasen y vean: más difícil todavía!…
Conclusiones del análisis del fin de semana:
- En las bolsas la complejidad no encuentra límites…
En las bolsas la complejidad no encuentra límites…
La revaloración experimentada por la bolsa estadounidense en los últimos años, y en especial en los últimos trimestres, vino propiciada en gran medida por las subidas exponenciales registradas por las cotizaciones de las grandes tecnológicas norteamericanas, las englobadas con el acrónimo de FANG, es decir: Facebook, Amazon, Netflix y Google (Alphabet), junto a un puñado de algunas pocas más (las FANG+).
No es de extrañar, por tanto, que, ante la ausencia de este tipo de compañías en la bolsa europea, la bolsa estadounidense esté hoy en día en máximos históricos, mientras que el índice bursátil europeo no ha recuperado aún los niveles que dejaba atrás con la crisis financiera de 2007, y esté todavía muy lejos de sus máximos históricos de marzo del año 2000 (debería subir aún algo más de un 35% para recuperar esos niveles), es decir, nada menos que dos décadas perdidas para la bolsa europea, y sigue pasando el tiempo…
Pues bien, el liderazgo bursátil de las grandes tecnológicas americanas está siendo cuestionado en estas últimas semanas. De hecho, desde los máximos que marcaron a mediados del pasado mes de febrero con su última sacudida alcista, en media registran pérdidas del orden del -10%, pérdidas que superan incluso el -30% desde máximos para las compañías innovadoras incluidas dentro del ya famoso ETF ARK Innovation.
Habitualmente, cuando el sector que ha venido liderando la tendencia alcista del mercado pierde fuelle y se viene abajo, acaba arrastrando a la baja también al conjunto del mercado (es lo que tiene ser el sector líder). No ha sido así en el caso de la bolsa estadounidense, al menos por ahora. El deterioro del liderazgo bursátil de las tecnológicas estadounidenses está siendo compensado por continuas y rápidas rotaciones del dinero hacia otros sectores y valores. Estas rotaciones están mostrando por el momento la fuerza suficiente para apuntalar y mantener a la bolsa estadounidense en zona de máximos. Al fin y al cabo, cada punto porcentual de capital que sale de los gigantes tecnológicos americanos tiene potencia para mover varios puntos porcentuales al alza la cotización de otras compañías de menor tamaño; pero, en ausencia de un nuevo liderazgo que tome el relevo bursátil a las grandes tecnológicas, parece difícil que el mercado en su conjunto pueda ser capaz de consolidar una nueva fase alcista desde los niveles actuales, y más difícil aún si las cotizaciones de las grandes tecnológicas siguieran evolucionando a la baja (su peso relativo dentro del mercado continúa siendo hoy por hoy muy relevante).
Así las cosas, veremos en próximas semanas y meses qué sucede primero de las siguientes opciones:
- Las tecnológicas dan por concluida esta fase de consolidación y retoman su tendencia alcista y su liderazgo, arrastrando así al conjunto del mercado a una nueva fase alcista.
- Las tecnológicas confirman su entrada en una dinámica bajista de medio y largo plazo, y acaban arrastrando al conjunto del mercado también a la baja.
- Surge un nuevo liderazgo bursátil de otras compañías, tecnológicas o no, capaces de tomar el relevo como motores del mercado a los hasta ahora gigantes tecnológicos (las FANG+). Obsérvese que no hablo de que Amazon o Google o Microsoft vayan a desaparecer mañana como empresas líderes, hablo de que, desde el punto de vista del mercado bursátil, pueden estar perdiendo o pudieran llegar a perder definitivamente su liderazgo y protagonismo (General Electric continúa siendo a día de hoy un gigante industrial, pero hace ya tiempo que no es ni la sombra de lo que en su día llegó a ser a nivel bursátil).
Gestar y consolidar un nuevo liderazgo capaz de sustituir a las FANG+ llevará tiempo. Ocurrirá sin duda en algún momento. Siempre ha sucedido así y volverá a suceder, pero no lo hará de la noche a la mañana, aunque en estos tiempos que corren probablemente no se necesiten tanto años como en el pasado (todo va mucho más deprisa ahora). Pero hasta que este nuevo liderazgo se concrete, las dos alternativas más probables hoy en día a corto plazo para el mercado parecen ser las dos primeras: o las grandes tecnológicas aguantan el tipo (mientras siga habiendo rotaciones bastaría de momento con que se mantuvieran en dinámica lateral), o las tecnológicas se vienen definitivamente abajo y acaban arrastrando con ellas al conjunto del mercado.
Ya hemos visto que las subidas de los tipos de interés de mercado son veneno para la cotización de las tecnológicas (las subidas de los tipos de interés ponen claramente en cuestión sus valoraciones actuales). Por tanto, mucha atención en este sentido a la evolución de los tipos de interés (y de la inflación como potencial catalizador negativo) en próximas semanas y meses. Como venimos comentando, los bancos centrales se muestran confiados en que las tensiones inflacionistas que se están registrando, y que seguirán registrándose en los próximos meses, tendrán un carácter transitorio. El mercado no termina de creérselo.
Por si todo esto no fuera ya suficientemente complicado, el viernes se publicaron en Estados Unidos los datos de empleo del mes de abril, que resultaron significativamente más débiles de lo esperado por el consenso: los tipos de interés reaccionaron inicialmente a la baja, respaldando un rebote de las tecnológicas. Pero el alivio no duró ni una hora: los tipos de interés volvieron a corregir al alza y con ello volvió la presión sobre las tecnológicas.
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