La burocracia, los fuertes requisitos impuestos por CNMV y la lentitud
Funds People – 22/08/2011 – 7:44 h.
El cumplimiento de todas las obligaciones que impone el regulador y sus costes, el costoso y lento proceso de «due diligence» en algunos casos, la burocracia y gran cantidad de documentación exigida, la confusión respecto al asesoramiento financiero independiente, los costes derivados también del mantenimiento de la licencia son señalados por las EAF como los principales problemas que afrontaron a la hora de constituirse en asesores independientes y que también encaran actualmente para mantener dicho estatus. Sin embargo, hay algunas entidades que relativizan los trámites y niegan que tuvieran dificultades.
Para David Cano, socio director general de Afinet Global EAF, el principal obstáculo fue cumplir con las obligaciones exigidas por el regulador, al igual que para Miramar, pues según esta última EAF «imponen una carga muy difícil de asumir en una empresa que está arrancando». Compleja fue la inscripción de Aspain 11, según explica su consejero delegado Carlos Heras, «debido a los múltiples requisitos que la CNMV exige para su autorización (preparación de todo nuestro equipo, patrimonio asesorado, seguridad de nuestros sistemas informáticos y muchas más certificaciones)». El proceso duró alrededor de cuatro meses en los que se exigió la presentación de procedimientos adecuados para la realización de la actividad financiera entre los que los que destacan un manual de defensa del cliente (que en su caso es el Consejo General de Economistas), política de conflictos de intereses, test de idoneidad, contrato de asesoramiento financiero, prevención de blanqueo de capitales, etc. A su vez la CNMV obliga a presentar información sobre todo el personal de la compañía, así como sus posiciones financieras, con el objetivo de proteger a los clientes ante posibles conflictos de intereses. También Juan Carlos Costa señala la gran cantidad de documentación que hay que preparar y en especial el Manual de Blanqueo de Capitales y el RIC (Reglamento Interno de conducta) ya que «los reguladores suelen ser bastante exigente con ambos, sobre todo el primero».
A diferencia de ellos, según Víctor Alvargonzález, socio de Profim, el problema fue más bien la lentitud, derivada del trabajo que supuso para el regulador supervisar una empresa que ya llevaba 15 años en funcionamiento. «Mientras otros acababan de constituirse, nosotros llevábamos 15 años trabajando, somos un equipo de más de 25 personas y teníamos delegaciones en varias ciudades, con todo lo que para el regulador supone tener que realizar un "due diligence" (auditorías, control de riesgos, de procesos, de MIFID) mucho mayor que el de una empresa que sólo son tres personas y un capital inicial – que es lo que éramos nosotros en 1995». Alvargonzález señala que, irónicamente, a más experiencia en la actividad, más clientes y mayor historial, más lenta es la autorización. Pero no se queja, pues al final todo el proceso cumplió con las expectativas: «Simplemente no es lo mismo analizar una empresa recién constituida que una que lleva 15 años en el negocio», insiste.
Desde Ética Patrimonios, señalan también la lentitud, en un proceso que juzgan de «demasiado burocrático», aunque matizan que entienden la preocupación de la CNMV en supervisar todos los aspectos de una EAF para garantizar la protección de los inversores. Para Gestión de Finanzas, lo más lento fue contrastar su experiencia: «Al no proceder de la banca el regulador incidió en contrastar nuestra experiencia en mercados financieros», explican. En la misma línea, Ana Fernandez, directora ejecutiva de AFS, el principal problema es el tiempo que el regulador necesita para aprobar cada expediente. «Son muchas las exigencias y el rigor con el que trabaja la CNMV», asegura.
Salvador Cervilla va más allá y comenta problemas «derivados del excesivo celo por parte del a CNMV a dar licencias. Tardé un año con todo el papeleo y las entrevistas antes de que me dieran la licencia», asegura.
Para Cristobal Amorós Arbaiza, los problemas se derivaron, además del tiempo y de los que juzga excesivos requisitos, también de la confusión que había (y que cree que aún se mantiene) respecto al asesoramiento financiero independiente y a la nueva figura de la EAF. «Ello exigía una separación de las demás actividades, que ni entendíamos ni compartíamos. Por otro lado los requisitos en algunos aspectos son algo exagerados, y la tramitación lenta. Y el cumplimiento periódico de determinados formalismos lo consideramos, por un lado poco necesario, y por otro lado un lastre y un coste que pondrá en peligro la viabilidad de muchas EAF», afirma.
Sara Perez-Frutos, directora de Dracon Partners, señala que, más que para crear la EAF, los problemas están a la hora de mantenerla, pues debido a las exigencias del regulador CNMV-, y del Banco de España sobre blanqueo de capitales y otras normativas, exigen los mismos trámites que para una sociedad de valores, con los consiguientes costes de mantenimiento de la licencia en forma de auditorías obligatorias, requisitos informáticos para colgar informes en CNMV, sistemas de información En definitiva, dificultades para las nuevas EAF y también para las que ya están inscritas, según destaca Heras.
Sin problemas
Sin embargo, para otros, constituirse en EAF no supuso problemas. En ese grupo está John Siska, que confiesa que, «con el Colegio de Economistas, todo fue rápido, ágil, y nada costoso», así como Félix González, socio director general de Capitalia Familiar, que asegura que no tiene la sensación de haberse encontrado «con problemas particularmente relevantes en ningún sentido, más allá de los normales y generales cuando se trata de iniciar un nuevo proyecto empresarial». Tampoco percibió conflictos Serfiex Investments EAF, que afirman que «se trataba de ubicar adecuadamente una labor que ya venía realizando desde hacía muchos años. El marco de supervisión de la CNMV ofrece unas garantías de seguridad jurídica que son valoradas muy positivamente por algunos de nuestros clientes», apostillan. Tampoco hubo esfuerzo en DiverInvest, desde donde Rosa Coma explica que no supuso una gran esfuerzo: «Siempre tuvimos claro que queríamos ser una EAF y gracias a nuestra transparencia y profesionalidad, nos limitamos a seguir los pasos establecidos por la CNMV y presentamos toda la documentación requerida. Nuestro dossier se aprobó a finales de 2009». Un problema, eso sí, «es que existe poco conocimiento de la figura de la EAF como entidad legal», asegura. […]
Extraído de Funds People 22/08/2011
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