La bolsa española se vio perjudicada hace un año debido a la incertidumbre generada por la deriva independentista en Cataluña, ocasionando pérdidas con respecto a sus homólogas europeas que hasta ahora no ha podido recuperar. La situación política interna de nuestro país continúa siendo un factor de riesgo y esto es algo que pesa en la cotización de las compañías españolas.
La crisis en las divisas emergentes de estos días está teniendo un impacto significativo en los mercados financieros de estos países y terminará por afectar también a sus economías. Las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos también tienen un efecto perjudicial sobre el sentimiento de mercado, pero tarde o temprano debería haber un acuerdo comercial entre ambas potencias.
Los temores a una guerra comercial entre China y Estados Unidos volvieron a afectar negativamente a los mercados, especialmente a la renta variable europea. No obstante, es precisamente en Europa donde hay más valor actualmente y donde podríamos ver un mejor comportamiento de las bolsas si se superan las incertidumbres. En Estados Unidos preferimos las empresas de crecimiento, apoyadas por el buen tono de la economía americana.
La campaña de resultados empresariales correspondientes al segundo trimestre del ejercicio están resultando positivos más allá de algunas decepciones contadas. Esto, unido a la relajación de las tensiones geopolíticas debería permitir que los mercados de renta variable recuperaran en la segunda mitad del año, especialmente en Europa donde las valoraciones son más holgadas. En el segundo semestre seguirán siendo protagonistas los bancos centrales, especialmente el BCE, que deberá definir su estrategia de reducción de estímulos y la Fed, que proseguirá con el proceso de subida de tipos.